domingo, 9 de agosto de 2015

Domingo de reflexión.


Domingo electoral.
 Domingo de lluvia.
  Domingo de reflexión.

   Las palabras de alguien que me importa rebotaron en mi cabeza y me llamaron a la reflexión.

 Tenemos la eterna necesidad de racionalizar todo, de querer tener las respuestas y soluciones a todos los problemas, de proyectarnos a futuro, de que nada nos sorprenda de tan calculado que tenemos todo. Y comienzo a creer que así se pierde el sabor a la vida, el entusiasmo de vivir, las ganas de seguir.

 Si, a mi me gusta meditar todo y evito actuar por impulso e inconsciencia. Me pierdo de muchas cosas por pensar las consecuencias que pueden llegar a aparecer después o por el "que dirán". Estoy, de a poco, saliendo de esa postura, y conociendo el mundo fuera de mi caparazón. ¿Si me aterra? ¡Pues claro!

 Tenemos que tratar de salir de nuestra zona de confort. Es difícil, lo sé, pero quedarse allí pensando en como debería ser el mundo, como deberíamos actuar, pensando en que va a pasar mañana, eso no nos ayudará.

 Las cosas van pasando solas y pasan por algo.
  No tenemos las respuestas a todo.
   Hay que vivir el momento.
    Todo llega tarde o temprano.
     Pensarla demasiado solo nos amarga.
      De cada caída, nos levantamos con las rodillas peladas pero más fortalecidos.

 Hay que dejar que la vida fluya. Debemos tratar de vivir sin pensar en el mañana, disfrutando el hoy, y no perdernos de nada de lo que la vida nos tiene para dar en este día.

2 comentarios:

  1. La vida es una aventura maravillosa y hay que aprender a disfrutar las sorpresas que nos trae.
    Un abrazo infinito.

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